29 de marzo de 2009

El Golem de Antonio Juan Marcos


  Desde hace algunos años, en La Laguna resulta común que grupos de empresarios, o de aquellos que dicen serlo, formen cámaras, consejos, o cualquier mafufada parecida con el único objetivo de aparecer en los medios de comunicación y, desde tal trinchera, exigir resultados en los temas sociales y políticos que les interesan. De su deber ser no hay nada, ni recuerdos.

  De tales agrupaciones han emanado singulares personajes, tipos que surgen de repente (o de guaridas bajo tierra, según sea el caso) y, luego de un tiempo de incontinencia verbal, se esfuman como miembros de las Ligas comunistas en el México de los setentas.

  Y para no faltar a esta noble estirpe de la que durante buen tiempo fue miembro, Antonio Juan Marcos Villarreal, Coordinador de Organismos Descentralizados del Gobierno de Coahuila, creó el “Instituto Político Empresarial” (IPE), el cual busca, según su slogan, una “nueva cultura empresarial”.

  No entiendo del todo a qué se refiere con tal pesquisa, pero lo cierto es que a su cestilla de deseos le falta puntualizar la más importante: su intención de ser alcalde de Torreón.

  Finalmente por ese anhelo ideó (le idearon en realidad) el IPE, un organismo inexistente en términos reales, donde los miembros conocidos son Antonio y sus cuates, pero que le sirve para excusar el acelerado ritmo con que despilfarra recursos para promoverse en vías de la candidatura del PRI a la alcaldía torreonense.

  Así, Juan Marcos no sólo viola la Constitución, sino que al amparo de su riqueza y el del Gobierno estatal, atenta contra la inteligencia de la sociedad torreonense, a la cual cree repleta de ingenuos con dos dedos de frente como para no darse cuenta de la senda de engaño que comienza a trabajar.

  Y lo hace, volvemos al origen, mediante una organización empresarial ficticia, a la que medios, y organizaciones en general, tendrían que acotar, pues si no existen impedimentos para que, como un Golem, cualquiera las conciba a imagen y semejanza, entonces seguiremos en riesgo de burlas como la narrada.

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