3 de marzo de 2009

Todos los Fuegos



Con miedo a la calle

Respondamos antes de que se haga tarde, o quizá un día despiertes y no haya nadie a quien mirar a los ojos para contarle” – Ismael Serrano-

 La Laguna, hay que decirlo, es fea. Así de claro, es fea. No puede adjetivársele de otra forma y, por más que muchos lo nieguen y quieran entambarme estilo el “Pozolero del Teo”, dicha etiqueta no se la quita nadie.

  Y no sólo fea por cuestiones visuales (que lo es y bastante), sino por varios factores que determinaron su degradación: sus habitantes acabamos con el agua, optamos por sembrar alimento para las vacas en lugar de hacerlo para nuestros hijos, permitimos la anarquía en el tránsito, el ambulantaje y en la fundación de sectores habitacionales, y soportamos que un sector oligarca maneje los destinos del resto.

  Pero, con todo y tal retahíla de calamidades, La Laguna solía ser un sitio sereno, aletargado por el clima extremoso, tan parsimonioso que las únicas guerras conocidas eran las de nuestra anquilosada y poco creativa clase política.

  Buena para vivir, le llamarían las abuelas con algo de razón.

  Quizá por lo dicho cueste tanto aceptar dos temas: que lo positivo que poseía la región se esfumó, y que la actual marejada de violencia, donde los enfrentamientos entre cárteles son tema diario, y los ejecutados pasan de hombres a frías cifras, nos supera a tal grado que nos encontramos próximos a llegar a un sitio del que no existe retorno: la adaptación a vivir en la barbarie.

  La pérdida de la capacidad de asombro es directamente proporcional a la derrota del ánimo por mejorar el entorno, por lo que urge encontrar nuevos alicientes para evitar que salir a la calle tenga inherente un derecho de hacerlo con miedo.

  Si las autoridades, con el monopolio de la fuerza han fracasado, la sociedad debe responder bajo premisas distintas, basadas más en la razón que en el poder del músculo, pues, de no hacerlo, no quedará  nadie a quien mirar a los ojos.

1 comentario:

  1. Eso ya lo sabemos, ¿Qué hay de nuevo en este blog?
    A tus 27 años me parece que te falta mucho por vivir...para poder contar

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