30 de agosto de 2009

Amigo, enemigo


De acuerdo con las encuestas, Eduardo Olmos, candidato del PRI a la alcaldía de Torreón, lleva una importante ventaja sobre Jesús de León, el aspirante de Acción Nacional. Tan importante es la brecha, que sólo parece remontable si el universo entero conspira a favor de los blanquiazules.

Además de la sentencia referida, en tales instrumentos cuantitativos destaca el nivel de aprobación del que goza Humberto Moreira. Con niveles superiores al 80%, el gobernador se constituye así (vía sondeo) como el mandatario estatal más aceptado por la gente.

Y contra ello pelean todos los candidatos ajenos al PRI. El enemigo de los partidos de oposición no es quien aparecerá en la boleta representando al tricolor, sino la figura de Don Humberto, que igual baila cumbia y reparte monederos que aparece a todo lujo en las revistas de la socialité nacional, sumando y sumando adeptos.

Prácticamente, a través del omnipoder que ha cosechado, el mandatario puede darse el lujo de postrar su dedo por cualquiera y hacerlo vencer en las urnas. Ya lo vimos en las elecciones federales de Julio.

Por ello, en el caso específico de Torreón, De León sabe que el contrincante no es Olmos, sino Moreira, un personaje al que no puede criticársele porque el tiro saldría por la culata.

Y he aquí la paradoja. Hoy por hoy, a Jesús le urge retratarse con el mandatario, lanzar un mensaje de cooperación y confirmarse como un soldado dispuesto a compartir trinchera, con el fin de tomar impulso para, llegada la fecha idónea, iniciar el golpeteo sobre el punto más débil de la maquinaria priísta que anhela hacerse con la presidencia torreonense: Lalo Olmos.

Amigos y enemigos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario