2 de mayo de 2009

El virtuosismo como espada


  Viendo, como muchos en el mundo, el Real Madrid – Barcelona del sábado confirmé que, de repente y sin aviso previo, surgen detalles que nos reconcilian con el mundo, sobre todo cuando un hombre, o un grupo como es el caso que nos atañe toma al virtuosismo como espada.

  Y aunque el fútbol es un asunto secundario en la vorágine global, no queda más que realizar una analogía y apelar a que todos, en el área en que nos desempeñamos, tomemos el ejemplo y actuemos en consecuencia, apelando a los valores trascendentes, desde la ética hasta el profesionalismo sin miramientos.

  Bien nos irá si se comienza en las campañas inauguradas el domingo.

  En un país ávido de respuestas y de rumbos claros, que los procesos electorales lleven consigo la congruencia y los objetivos sanos coadyuvará a que nuestro país tome fuerza, que vaya construyendo piernas fuertes para un futuro que se antoja turbulento.

  Para ello será necesario que se prioricen las ideas, las propuestas reales y terrenales, no perderse dentro del fanatismo promocional sino encomendarse al debate para fortalecer la tan nombrada democracia.

  La vida presenta siempre coyunturas favorables, dando espacio aquellos que recuerdan, aún sea por un breve lapso, que la construcción de la humanidad dependió en gran forma de aquellos que salieron de las dinámicas perversas y retrogradas que abundan a nuestro alrededor.

 Allí está el Barcelona con su Messi, ojalá que pronto podamos decir que aquí está fulano partido con su fulgurante figura, llámese como se llame, tenga los colores que tenga, pero que muestra la senda de un deber ser que se extravío hace largo tiempo.

 Al tiempo

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