14 de junio de 2009

¿Y la policía?


Karlo Castillo llegó desde la Policía Federal para sustituir en el cargo de director de Seguridad Pública de Torreón a Alfredo Castellanos el 25 de Octubre del año pasado, es decir, hace casi ocho meses.

En dicho lapso, el sinaloense ha enfrentado coyunturas inesperadas, las cuales han limitado su campo de acción y acotado la toma de decisiones. Entre un alcalde necio, una sociedad con tendencias anárquicas y muchos subordinados rebeldes, el jefe policíaco ha visto como sus intentos por mejorar la dependencia fracasaron.

Y por si la frustración fuera poca, hay que sumarle al incensario las mantas con mensajes amenazando su vida por parte de los cárteles locales y las severas críticas que mereció por parte de organizaciones civiles y líderes de opinión. Eso es lo que se llevará cuando, con el año, entregue su cargo. Mucho o poco, sólo él lo sabe

Sí, Karlo partirá, probablemente ensimismado en su decepción, pero el problema no radica en un hombre, sino en una ciudad entera, en Torreón, que quedará con una policía deshecha, menguada en elementos y, según se ve, bajo el yugo del crimen organizado.

Así, las preguntas llegan con afanes multiplicadores, pero hay una que es clave: ¿Qué planes tienen los suspirantes a la alcaldía para atacar el tema de la policía? ¿Qué están haciendo ya mismo para abordarlo?

Entre la política de bajo perfil y los debates estériles de siempre, todos olvidan un asunto toral para el futuro inmediato, al cual no debieran darle margen, mucho menos soslayarlo por temor o ineficiencia.

Que fuera un tema en la agenda de todos los prospectos, sería un buen comienzo.

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