23 de febrero de 2009

Todos los Fuegos


Toque de queda ó queda lo que toca

Nos salvaremos juntos o nos hundiremos cada uno de nosotros por su lado. Los de arriba siempre se sientan en los de abajo, irremediablemente es cotidiano…- Enrique Bunbury-

En los últimos días, a causa de la violencia con que el crimen organizado la flagela, La Laguna terminó por aceptar su condición de zona vencida, de sitio en donde el estado de derecho y la paz social son términos escritos en libros que no se leen. Letra muerta, vamos. Medio centenar de ejecutados (los "oficiales") lo corrobora.

En las calles, en las aulas y las plazas, se habla de un posible toque de queda, de correos electrónicos avisando masacres, de la impotencia que provoca vivir con miedo y de verse obligado a limitar su accionar en razón de las balas.

Entretanto, en los cuarteles, destacamentos y en las dependencias públicas, se arman irracionales discursos para desmentir o, mejor dicho, intentar menguar la crisis en que el narcotráfico sumió ya a la sociedad lagunera. Claro, se aspira a lograrlo con visiones tan reduccionistas como absurdas, que no engañan ni a aquellos con dos dedos de frente.

Cada uno en la parte que le corresponde, dicen los entendidos, como si el pueblo tuviese la obligación de sentir miedo y las autoridades militares y policíacas la de inventarse realidades alternas, esas de "hechos aislados" y "acciones desesperadas del narcotráfico".

Y aquí es donde la duda más curiosa arremete con fuerza. ¿Hasta cuándo los encargados de brindar paz y justicia comenzarán a meter la cabeza, al menos con meros afanes indagatorios, en el lavado de dinero en La Laguna?

¿O es que no se han dado cuenta? ¿O el gran inconveniente es que un buen número de personajes de la socialitélocal, considerados casi como prohombres, son los involucrados y promovedores históricos de dicha práctica en las últimas tres décadas?

No hay que tener una perspicacia mayor al promedio para distinguir que varios portentos, laureados hasta la inconsciencia por propios y extraños, han adoptado un perfil bajo. Unos por pavor, otros por estrategia y cinismo, prácticamente han desaparecido del mapa.

Claro, sobra decir que sus negocios continúan y, a pesar de la crisis, florecen al paso de siempre, como tocados por Midas.

Se habla de toque de queda, pero ¿algún día se discutirá sobre lo que ha tocado el bussines más funcional en La Laguna? Más que el consumo de drogas, éste es su principal cáncer.

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